El hombre actual sufre de hambre espiritual, busca placeres materiales, crea posesiones efímeras que lo atan a mecanismos perversos y descuida su vida interior, que debiera nutrirse de buenos pensamientos, actitudes fraternas, serviciales y hábitos saludables para generar su propio bienestar físico, emocional y espiritual.
La experiencia terrenal actual es una valiosa escuela para cultivar y desarrollar los valores éticos y morales, única riqueza que le permite avanzar en la escala evolutiva. La muerte física no es otra cosa que la destrucción del envoltorio grosero del espíritu: solo el cuerpo muere, el espíritu es inmortal.
El propósito de vivir una experiencia orientada a la espiritualidad es alinearse con la Ley natural, aceptando lo que nos sucede, y convertirnos en instrumentos de ella. La influencia del mundo espiritual en nuestras vidas es mucho mayor de la que nosotros suponemos. La salud espiritual implica tener capacidad de reflexión sobre nuestras propias creencias. La soledad es una epidemia en muchas comunidades. La fraternidad es un valor transversal a todas las personas, de considerarnos todos hermanos.
¡El nuevo orden social será la fraternidad entre los seres humanos!
¿Para qué vivimos? Con este ensayo tienes la posibilidad de ampliar tu conciencia al respecto. ¡Anímate!
José Luis Sáez nació en La Rioja, Argentina.
Actualmente está radicándose en Barcelona. Estudió en la Universidad Nacional de Córdoba, donde se graduó, en 1975, de médico cirujano a los 21 años.
Formó una familia con cuatro hijos. Heredó de sus padres la vocación docente que aplicó en su tarea profesional dictando numerosos talleres de educación para la salud y educación emocional. Es coach ontológico y neurolingüístico. Especialista en oratoria, tanatología, espiritualidad, con más de 40 años de trayectoria. Ha impartido conferencias en Argentina, Perú y España.
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