Una semana en Atenas es el relato de un viaje que el autor hizo en 2015. Durante la semana de permanencia en la ciudad griega, el autor visita los lugares del clasicismo recorriendo su historia y desvelando anécdotas histórico-filosóficas que han determinado su nacimiento y la han convertido en el emblema y la cuna de la civilización.
Moviéndose constantemente entre lo antiguo y lo moderno, la obra nos muestra también la evolución de la cultura griega y nos explica las costumbres, tradiciones y folklore de una nación que, en los últimos años, ha tenido que afrontar cambios políticos de gran importancia, sin perder nunca de vista su identidad histórico-cultural.
Alfonso Pastor Juan (Beneixama-Alicante, 1955), arquitecto de profesión, ha ejercido su trabajo al tiempo que practicaba sus otras pasiones: la lectura, la escritura, el dibujo y la fotografía.
Le gusta definirse todavía como un estudiante y siempre ha tenido un sentido bastante autodidacta, lo que le ha permitido estudiar muchas disciplinas con relativa fluidez. Mantiene el blog de literatura Literaturaporuntubo.blogspot.com.
Una semana en Atenas es su obra de viajes más característica y la primera de ellas en publicarse.
Lectorando –
Una semana en Atenas dista mucho de ser solamente un libro de viajes. Más bien hace uso del trayecto por la ciudad para abordar temas tan diferentes como la siempre inacabable mitología griega (que uno se da cuenta que se puede aprehender), historia clásica, arquitectura y arte urbano, política, gastronomía, literatura… todo ello vehiculizado a través de un tren de pensamiento lúcido, personajes variopintos y reflexiones certeras, sintéticas y fluidas. En definitiva un libro recomendable tanto para aquellos que van a visitar la ciudad como para los que quieran familiarizarse (y encariñarse) con ella.
Maria SR –
Me ha resultado un agradable paseo no tanto por la ciudad de Atenas sino por la historia y política helénica. Me gusta la manera de englobar en esta obra cuestiones como arquitectura, política, historia, lengua, arte, mitología… tejiendo así un sosegado relato que logra sumergirte en la cultura griega desde casi sus inicios hasta la historia más reciente.
Recomendaría este libro a aquellas personas que estén interesadas en viajar a esta ciudad, o a Grecia en general, igual que, desde que acabé de leerlo, me recomiendo a mí misma visitarla algún día.
Susana Pastor Cesteros –
Una semana en Atenas, de Alfonso Pastor, es un libro de viajes escrito con las dosis justas de emoción e información, que permite trascender la estancia del autor para convertirse en una lectura amena y sugerente para cualquier persona amante de la cultura y de Grecia. Cuando uno sale de viaje, tiene en su mente el imaginario de la ciudad que visita. Quieres documentarte, leer sobre ella, saber adónde vas, qué vas a encontrar. Una vez allí, querrías saborear cada rincón, entender su historia, ‘leer’ su estructura urbana, conocer a su gente. Al regresar, deseas rememorar qué te evocó, qué sentiste, qué maravillas viste, qué experiencias tuviste. De todo ello se nutre esta obra, que relata, como su título indica, Una semana en Atenas.
La buena factura de la redacción, combinando frases largas y cortas, adjetivos sorpresivos y certeros, proporciona una visión de la capital helénica que combina múltiples perspectivas: no solo la arquitectónica, por la profesión del autor, y la literaria, por su principal afición, sino también la histórica, filosófica, mitológica y política, sin olvidar las alusiones a lo idiosincrásico de la gente del país. Desgranemos de qué modo se alude a todo ello.
Los comentarios a la arquitectura de la ciudad, particularmente a los edificios históricos, permiten comprenderlos mejor, insertos en una visión urbanística que habla sobre cómo se funda y crece la ciudad. Una visión no exenta de crítica, como, por ejemplo, al referirse al nuevo museo arqueológico. Las alusiones a la mitología son constantes, en especial en la explicación de los orígenes de la ciudad; pero también a la tradición artística (al hablar de los iconos ortodoxos o las esculturas de las Cícladas) y literaria, no solo a la literatura griega vista desde España, sino también a la escrita en español vista desde Grecia. También asoman la particularidad de la lengua griega y de su escritura alfabética, que tantas reminiscencias nos traen a quienes hemos estudiado griego clásico en el bachillerato. En cualquier caso, no se trata de una descripción idealizada de la ciudad; al contrario, la lectura ofrece una visión realista que no escatima detalles escabrosos. Ello enlaza con la vertiente política de la obra, muy presente a lo largo de toda ella. No en vano el momento del viaje coincide con uno de los periodos más críticos de Grecia, cuando, por la crisis económica y el monto de la deuda, se hubo de hacer un referéndum sobre la voluntad o no de permanecer en la Unión Europea. El texto aporta una aguda reflexión sobre el poder, la corrupción y la democracia actual, partiendo de la situación concreta de la que se parte, con referencias a la relación con las vecinas Turquía y Chipre y, en general, con Europa. Sin embargo, no todo es alta política, también hay gastronomía (cómo no deleitarse con la excelente cocina griega) y continuas descripciones de la gente en su día a día, especialmente de las tres profesoras de español con las que el autor entra en contacto y de cuyas conversaciones se extrae interesante información, desde el punto de vista de quien allí reside.
La estructura de la obra es fiel a su título: son siete capítulos, uno por día, encabezado cada uno de ellos por los contenidos sobre los que versa, a modo de síntesis. El prefacio inicial y el posfacio final enmarcan el libro y ofrecen a quien lo lee las claves para su interpretación. Un aspecto a destacar es la inclusión de fotos del propio autor que van ilustrando lo que se va contando, como la imagen de la propia portada, un Partenón lleno de andamios, que simboliza la deconstrucción del país a la que se refiere el subtítulo. Lo mismo sucede con los dibujos del autor que jalonan el texto y que evidencian lo que implica ir dibujando la ciudad que se visita, al estilo de los cada vez más frecuentes urban schetkers. Una actividad lenta, pausada e introspectiva, que contrasta, como el propio texto se encarga de resaltar, con la premura del turista actual y la obsesión por los selfies, que dejan mero testimonio de haber pasado por allí. Además de estos elementos visuales, el Anexo final con la cronología de los personajes citados, junto a un esquema de los dioses mitológicos, contribuyen a entender mejor cada una de las referencias que jalonan el discurso.
Todo ello hace que la lectura de Una semana en Atenas resulte una experiencia gozosa, que recomiendo a quien haya visitado Grecia, a quien esté pensando en hacerlo o a quien, sin moverse de su sillón, quiera disfrutar de las impresiones de un viaje a este país fascinante.
Susana Pastor Cesteros
Profesora de Lingüística
Universidad de Alicante